Recuerdo no hace mucho días en Madrid se dio el caso de la  caída desde un tercer piso de un varano de casi 3 mts. de largo a la vía  publica por descuido de su propietario, el cual fue recogido por miembros de la Patrulla Verde  municipal y trasladado al Exotarium de Titulcia muriendo al cabo de unos días  como consecuencia de las heridas producidas en la caída. 
       
       
       
      Lo más triste de esta historia es que se repite desde hace  mucho tiempo y siempre con consecuencias negativas con otros animales como un  oso perezoso, tortugas moras, caimanes, monos aulladores, camaleones, loros,  mapaches que tienen un final infeliz. 
       
      Todos hemos querido alguna vez tener una mascota pero últimamente  parece que tener una gato o un perro como mascota es una vulgaridad y, sin  embargo, traerse de manera ilegal un exótico o comprarlo en la tienda de al  lado de casa "mola mazo". 
       
      Lo malo viene cuando dicha mascota es una  serpiente, un cocodrilo o incluso una tarántula o un escorpión ya que el problema  radica en que no lo son, no pueden serlo. No se puede domesticar un animal  silvestre, no se le puede enseñar a que haga sus necesidades en una cajita o  sacarlo a pasear para que las haga en el jardín. 
       
      Además se trata de un  negocio casi invisible. Centenares de tarántulas, insectos, peces y mamíferos  se extraen del país ilegalmente cada año.
 El contrabando de animales es un  negocio silencioso, que según cifras de la ONU se ha consolidado como la tercera actividad  ilícita que mueve más dinero en el mundo, después del tráfico de drogas y de  armas. Se ejecuta a pequeña escala, pero reporta enormes ganancias (una  tarántula azul del Orinoco cuyo precio allí es de 2 euros aquí se cotiza a mas  de 200 euros) 
       
      El tráfico de estos animales llamados exóticos se ha  convertido en un negocio rentable y millonario para sus inversores y en una  amenaza para las especies autóctonas.  Cuando uno adquiere un animal exótico lo  primero que se consigue con este tipo de adquisición es truncar la vida del  animal; lo segundo poner de los nervios al veterinario, y finalmente someter a  riesgos innecesarios a la familia. Pero si, además, el ejemplar en cuestión  pertenece a una especie protegida, se está cometiendo un delito grave (Convenio  CITES ) 
      Allá por los 90 se puso la moda en Estados Unidos,  de hacerse con un caimán joven entre todos  aquellos que pasaban unos días en el estado de Florida pero en cuanto empezaban  a crecer, causaban innumerables problemas que los dueños resolvían arrojando al  animal por el inodoro. El hecho es que algunos de ellos no morían y se  adaptaban a su nuevo “ecosistema” sobreviviendo en las cloacas alimentándose de  ratas y desperdicios y  más de un  operario o pocero tuvo que salir huyendo mientras trabajaba al encontrarse con  un grupo de caimanes con no muy buenas intenciones. Algo similar ocurrió hace  un par de años con dos yacarés (caimanes brasileños) en el pantano de Valmayor  que aún no han aparecido pero que ahí estarán.. 
      
       
      En España la suelta de seres alóctonos se pierde en la  historia. Especies hoy tan nuestras como el camaleón (el único de su clase en  Europa), la mona de Gibraltar (el único primate del continente europeo), la  gineta y el gamo, fueron introducidos hace mucho en la península Ibérica, algunos  hace más de 1.000 años. Son la cara más amable de un manejo insensato de la  biodiversidad.
   Pero la moneda tiene  otro lado mucho más dramático y es importante que conozcamos el dato que estima  que el 39% de las extinciones de animales que se han producido en los últimos  400 años ha sido causado por la introducción de especies exóticas, como los  visones americanos “liberados” hace unos días en La Coruña (causando un daño ambiental 
      importante ,dicho sea de paso) 
, tortugas de florida en arroyos madrileños o cotorras argentinas en la Casa de Campo abandonadas por sus amos y desplazando a especies autóctonas. Otras introducidas con fines cinegéticos o pesca  deportiva pero todas ellas son consideradas la mayor amenaza para la diversidad biológica  después de la destrucción del hábitat. 
      La educación es fundamental y sobretodo la educación de los niños. Los animales exóticos son antes que nada seres vivos. No son un simple recurso  pedagógico que pueda ser comprado, usado, deteriorado y abandonado.Nacen, crecen, se alimentan, se reproducen y  mueren, igual que nosotros.
      No se deben  convertir en juguetes diseñados para satisfacer los  antojos infantiles y de quienes no discriminan bien entre capricho y apego,  salvo que los mayores se lo enseñen.
      Se responsable y no compres animales exóticos...ellos te lo agradecerán. 
      
      Jorge Calvo G.