Ya ha llegado el cormorán a la Casa de Campo. Era cuestión de tiempo como ya ha ocurrido en otros lugares del interior peninsular en donde ha generado algún que otro problema en ríos, embalses y pantanos de nuestro entorno.


El cormorán grande (Phalacrocorax carbo) se ha instalado en el lago del parque formado por un grupo de unos 12 ejemplares (la mayoría machos “mancha blanca”)  que cualquiera puede observar en horario matinal. Como el resto de ejemplares que llegan a nuestro país, proceden de las colonias costeras del norte de Europa atraídos por unas buenas temperaturas en invierno y la abundancia de comida de nuestras aguas.


 

 

 

 

 

 

 

El pasado año se les podía ver situados a orillas del Manzanares pero debido al escaso caudal del río en los últimos tiempos y a las molestias de las pasadas obras de la M-30 se trasladaron a la Casa de Campo.


Los cormoranes se alimentan de los peces que capturan bajo el agua. Se impulsan principalmente con las patas, los dedos están unidos por membranas, su pico es fuerte y en forma de gancho y pueden zambullirse durante más de un minuto como hemos podido comprobar en mas de una ocasión.

A diferencia de la mayoría de las aves acuáticas, sus plumas no son por completo impermeables, lo que les permite hundirse y bucear con facilidad  y es muy corriente verlos, después de pescar, de pie con las alas extendidas para que se les sequen.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Personalmente no tengo nada en contra de esta especie, es mas me parece un ave simpática que se adapta con suma facilidad a nuevos ecosistemas y que le da un toque exótico al parque y aunque no es un ave autóctona, goza de un buen status de protección a nivel nacional.


En el lago se les ve sumergiéndose continuamente y tras un intenso buceo emergen con el buche lleno de carpines, tencas y demás ejemplares de la fauna piscícola del parque  ya que se alimentan exclusivamente de peces .Verles en acción es todo un espectáculo digno de contemplar.
Sin embargo existe un riesgo derivado de un posible incremento exponencial del número de estas aves así como su elevado consumo de pescado por lo que debería vigilarse su número hasta un nivel aceptable que no ponga en peligro el equilibrio del lago.

Por otro lado la Administración local debería llevar a cabo repoblaciones piscícolas puntuales en el lago de la Casa de Campo para mantener dicho equilibrio y no se produzcan problemas como los que se están dando en otros lugares donde los pescadores lo consideran un “animal dañino”

 

 

 

 

 

 

 

 

Repito, ellos los cormoranes, solo hacen lo que les marca su etología y lo que mejor saben hacer pescar.


A media mañana es un espectáculo verles en las orillas y sobretodo en la caseta de aves que se encuentra en una esquina del lago, secándose con las alas abiertas después de una sesión de pesca y buceo y a mi me alegra saber que están ahí , como si supiesen que en Madrid todo el mundo es bienvenido sea de donde sea.